miércoles, marzo 04, 2009

Moreso y la fiesta de la democracia (O cómo las minorías se vuelven mayorías)

Es frecuente denominar las elecciones como “la fiesta de la democracia”. Se trata por lo general de un eufemismo bien labrado por quienes pueden controlar los puestos de poder. Como acontecimiento extraordinario, la jornada electoral es también una ocasión en que ponerse las mejores galas, pues quienes acuden a la cita serán el centro de atención de las miradas, como colofón de la campaña, y quienes participen con su voto deberán sentirse orgullosos de plasmar con su granito de arena su colaboración en la elección de un futuro en que no podrán tener mucho margen de actuación. Josep Joan Moreso, rector de la Universitat Pompeu Fabra, volvía a tener la oportunidad de ser el rey de otra fiesta, después de la experiencia truncada en la inauguración del campus de Poblenou. El 26 de febrero se presentaba como único candidato a rector de la UPF.

Pero este artículo no quiere centrarse tan sólo en el papel de las elecciones. Quiere ser ante todo una reflexión sobre la minoría. Y con un caso concreto como objeto de estudio: la utilización del término por parte de Josep Joan Moreso. Recordemos que el pasado 13 de febrero calificó a los estudiantes que habían participado tanto en el encierro como en los actos de protesta por la inauguración del nuevo campus de Poblenou como “una minoría violenta y autoritaria”. El término no es utilizado al azar, sino de forma bien consciente. Se refiere a que él está en una posición hegemónica, en la que lo que se escapa de su control discursivo y fáctico es, por fuerza, minoritario. Como imagen de la ideología dominante, no sólo en la Universidad, sino en el conjunto de la sociedad, el lenguaje utilizado, así como las actuaciones realizadas, corresponden al mantenimiento y reproducción de un orden hegemónico. Para ello utiliza lo que Althusser denominó –en unos términos que deberían ser revisados por la disolución progresiva del papel del Estado- los Aparatos Represivos del Estado (ARE) y los Aparatos Ideológicos del Estado (AIE).

Tratándose de una Universidad, que pese a su universalidad presupuesta opera de manera bastante local, nos quedan más cercanos. Los ARE son obvios en este caso. Aunque también se pueda hablar de aparatos represivos privados, que los hay, el papel del Estado es todavía fuerte en este punto y, por lo general, sigue actuando en beneficio de la hegemonía. Moreso –como rector de una Universidad, en una actuación que años atrás parecería impensable- llamó a los mossos d’esquadra para que desalojasen SU Universidad. Ellos, ya que se trataba legalmente de usurpación de un espacio, lo hicieron. Los AIE se tratan de los medios de control en la construcción de ideología, en todo lo que correspondería a la superestructura de la que hablaba Marx. Lo es, entre tantos otros, la Educación, como también es en este caso la imagen que se proyecta de la Universidad, la comunicación interna, la web, la campaña electoral y el lenguaje utilizado. Estos medios de construcción del discurso hegemónico provocan de manera natural un rechazo hacia los discursos disidentes. Los que defienden estos discursos son una minoría.

Si nos adentramos en el caso concreto, observamos al menos dos cuestiones que marcarán el devenir de las elecciones. Primero, que la Universidad tiene un funcionamiento y un día a día en que lo local aún tiene mucho peso. Lo que quiere decir que los discursos pueden entrar en una tensión materializada en el terreno cercano. Y que de esta cercanía podrán participar todos los miembros de la Universidad. Segundo, que la hegemonía tiene mecanismos de control para que la minoría tenga más difícil llegar algún día a ser mayoría. Los profesores doctores con vinculación permanente de la UPF tienen dentro del voto ponderado el 51% -el hecho de que el número exacto sea éste y no algún porcentaje menor creo que es clarividente. Con esta ventaja, a la que hay que añadir que era el único candidato y que por norma electoral con un solo voto ya sería proclamado vencedor, se presentó Moreso a las elecciones.

Sin embargo, la campaña debería haber sido más fácil de lo que fue. Los graves sucesos ocurridos los días 12 y 13 de febrero, en los que tendría que haber relucido SU nuevo campus y haberle dado un nuevo empujón en su nuevo asalto al rectorado, mancharon su imagen. Añadido, por supuesto, a una mala gestión de cuatro años y a la falta de diálogo característica en él, bien remendada eso sí con su retórica. El PAS –sector gracias al que ganó en las anteriores elecciones- lo dejó bien claro: después de que se rompiera unilateralmente un acuerdo conseguido por ambas partes, debido a que este sector quería aprovechar la inauguración para lanzar algunas de sus reivindicaciones, no podrían sino decir NO a Moreso. Las asambleas de estudiantes lo tenían también muy claro, pedirían el voto en blanco como voto de castigo para demostrar su total desacuerdo con la política que había llevado hasta ahora. Entre los profesores había también voces disidentes. No obstante, el sector que se presentó hace cuatro años –teóricamente más a la derecha que Moreso- no sólo no se presentó, sino que parecía avalar al rector.

Datos de las elecciones (votos emitidos: 2171):
- Nulos: 27
- En blanco: 1583
- A favor: 561

Porcentaje sin ponderar:
- Nulo: 1,24%
- En blanco: 72,92%
- A favor: 25,84%

Porcentaje ponderado:
- Nulo: 0,53%
- En blanco: 46,35%
- A favor: 52,12%


Existe una diferencia evidente entre mayoría/minoría legal y mayoría/minoría legítima. La primera viene marcada por la construcción previa de unas normas por parte de la clase hegemónica. Tiene asegurado, por tanto, un control. La segunda se refiere a una cuestión ética. Moreso, como profesor de Filosofía del Derecho conoce muy bien las dos. Sin embargo, es la primera la que más le gusta y a la que se aferra cuando tiene que hacer declaraciones. Legalmente, Moreso ganó las elecciones. Primero, por cuestión normativa y, segundo, por porcentaje ponderado. Legalmente es una mayoría quien le apoya. Legítimamente, hay muchos más votos en blanco que a favor. Por tanto, legítimamente, él es la minoría.


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Comunicado de AEP
Datos de la UPF sobre las elecciones